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viernes, 20 de marzo de 2020

Golondrinas

Hoy me he despertado muy fuerte.
He soñado algo precioso, ¿un mensaje del futuro?
Un mensaje del futuro desde mi subconsciente.
Os escribo esto porque es muy bonito y quería compartirlo con todos, para que le leáis a vuestros peques y mayores en estos momentos de aburrimiento.

Paseando por mi barrio, donde tengo el taller, esta mañana un vecino con cara borrosa, pero muy familiar; daba tranquilidad. Me ha dicho. Fermín, mira a ver en la calle de aquí al lado, ha caído un polluelo de golondrina de su nido y sus papás no paran de piar desesperadamente, tú, que tienes escalera alta podrías subírselo. Por supuesto, le he dicho yo, no me cuesta nada.
Allá que voy con mi escalera, la planto y subo con el polluelo firme y audaz. A medida que voy subiendo, el golondrino papá  estaba como exaltado, con preocupación de que subía a su hogar y mirando a mis ojos desconfiantes del cazador que he sido en mi vida (ya no lo soy, es otro tema que contaría en otro momento). La golondrina mamá, al contrario, esperaba a su polluelo que iba en mis manos hacia ellos. Una vez arriba, solté al polluelo en su nido y la golondrina mamá, celebraba con sus alas abrazando a su hijo y dándome señales de agradecimiento. Papá golondrino hasta que no vio el gesto y finalidad, seguía exaltado y desconfiante hacia mí, hasta que corroboró lo que había hecho y empezó a agradecerle cantándome y revoloteando de alegría. 


Más tarde, el mismo vecino, me comunicó que había otro nido cerca en las mismas circunstancias, pero esta vez sin escaleras. Le dije lo mismo, ¿por qué no? Ya que estamos.
Al ir a la zona del nuevo nido, me crucé con mi hermana y le dije si me acompañaba al contarle la situación. Me dijo, claro, voy contigo.
La situación fue similar, conforme me acercaba al nido, el macho inquieto y la mamá golondrina esperando a que llegara con su polluelo.
Esta vez, el papá golondrino de este nido, se me posó en mi mano, me cantó alegremente y se puso a hablar conmigo.
Mi hermana y yo atónitos de ver a una golondrina hablar y así me decía. 
Sé de ti, se que has sido cazador y los animales lo vemos en la mirada, pero en cuanto ibas acercándote, vi cambios en tu mirada. Veo en tus ojos que prefieres ir al monte a pasear y vernos a nosotros, a diferentes animales en libertad, vivos, corriendo; jugando. Ahora te gusta ir al  monte, me repetía, a vernos y no a dispararnos, encima haces esto, significado de que nos quieres cuidar y por eso agradezco este gesto que has tenido con nuestro polluelo. Mi hermana y yo nos mirábamos felices de todo lo que me estaba diciendo y muy orgullosos.
Mientras nos hablaba, se acercó un vecino de la zona, el cual me miraba como a un loco. ¿Hablando con los pájaros? Lo cual mi hermana le recriminó.
El golondrino, me dijo, tranquilo, solo me podéis escuchar vosotros y quien tenga el corazón abierto a la naturaleza, él solo escuchará mis cantos.
Agradecidamente nos despedimos después de darme varios consejos sobre la actuación humana con el planeta y nuestros hábitos. Del que más me acuerdo, ya que fue un sueño y se ven las cosas distorsionadas, es que producimos y gastamos mucho plástico. Me dijo, en vez de comprar paquetes de botellas de agua, comprar garrafas y botellas de cristal para rellenar. Cuando vayáis por la calle sin agua y os dé sed, en vez de comprar una botella en bares o pequeños comercios, bebed de las fuentes de vuestros parques, nosotros lo hacemos a diario y no pasa nada. Repitiéndome otra vez que quién era y quién soy respecto a la caza.

A los días, en el sueño, en mi sueño....

Estábamos en el polígono de Carrús, en Elche, mi hermano y mi amigo Manolo (compañero de andaduras en el monte), acabamos juntos mi última Transilicitana (prueba ultra de 100km), su primera.
Cuando de repente se posó en mi brazo un golondrino macho, apresurado y angustiado, y nos contó. 
Id corriendo aquí, más abajo por favor, está cerca. Los hombres van a hacer una asamblea general, quieren cortar todos los árboles, muchos pinos entre ellos de la Avenida del Cauce por daños a los edificios con sus ramas. Allí hay muchos nidos nuestros y de otras especies (en mi sueño, esta avenida estaba repleta de árboles de todo tipo y había edificios). Repleto de nidos de todo tipo de aves.

Fuimos corriendo a esa reunión, allí había un centenar de personas para decidir lo que se iba a hacer en dicha avenida.

El presidente de esa sociedad de vecinos anunció lo que el golondrino nos contó minutos atrás, querían cortar toda la arboleda por daños "a los humanos", querían plantar jardineras de hormigón con flores para hacer un paseo bonito, cambiar alumbrado que ya estaba viejo y hacer las aceras más anchas para nuestro paseo cotidiano. 
Una vez presentada su idea, nos dio paso a todos los asistentes para que diéramos nuestra opinión al respecto. 
Fuimos pasando de uno en uno contando la mayoría que era una buena idea y apoyando al presidente de la asamblea.

Le tocó el turno a mi amigo Manolo, donde explicó que la sombra que proporcionaban esos árboles nos vendrían bien en verano, donde podríamos refrescarnos con su sombra en esos días de calor que tenemos en esta zona del país.
Pasó mi hermano a hablar dando la idea de cortar las ramas secas y ramas que pudieran hacer daño a los edificios y coches en caso de aires y tormentas, las cuales romperían nuestros bienes que tanto nos costaban mantener. Así, sanearían los árboles y dejarían de crear ese peligro del que nos habían hablado los demás. 
Mi turno, finalmente hablé yo, acompañado de las palabras de mi amigo Manolo y de las de mi hermano, que las apoyaba y diciendo.
Señores, aparte de todo lo que han nombrado Manolo y mi hermano quiero decir, que también hay una súper población de aves anidando en esa arboleda, las cuales tienen su acometido en la naturaleza, árboles que nos proporcionan un oxígeno increíblemente bueno, frescor en la zona. Y a la hora de podar y sanear esos árboles, valorar que ramas cortar, pues donde haya nido, debemos dejar y mantener intactas.
Los ecologistas se nos echarán encima y harán eco de la masacre que hará nuestra ciudad, quedando en muy mal lugar para los futuros turistas que vienen año tras año.

Llegó el momento de votar, entre murmullos conformes y disconformes a las diferentes ideas, propuestas y opiniones. 
A todo esto, el golondrino macho posado en una de las farolas que habían allí, expectante y escuchando todo lo que se hablaba en la reunión, detrás una golondrina haciendo lo mismo para avisar urgentemente a los suyos de lo acontecido. 
Empezamos a levantar la mano a modo de votación de las distintas ideas. Yo muy preocupado por lo que se decidiera. Manolo y mi hermano apoyando sin censura lo que el golondrino nos pidió con tanta ansiedad e importancia.
Finalmente entre desacuerdos, salió vencedora nuestra propuesta.
La golondrina y el golondrino nos hicieron un gesto de agradecimiento y se marcharon volando y piando a avisar a los suyos.

Al día siguiente salí a pasear por la Avenida del Cauce, donde miles de aves revoloteaban alrededor de mí,  cantando y gritando, celebrando en agradecimiento de mis actos.
Todavía veo nítidamente sus alas, sus colas en forma de tijera.
Prediciendo lluvia para nuestros campos y mucha prosperidad para el ser humano.

Soñando despierto viéndolas todavía volar a mi alrededor y dándome esa fuerza que me da la naturaleza cuando salgo al monte y echando mucho de menos el no poder salir con mis amigos y familia haciendo lo que tenemos que hacer.

Feliz día del padre 19/03/2020.

Quédate en casa.

Todo saldrá bien.

Fermín Manuel Espinosa Díez

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